Son placenteras, tienen historia, mantienen la temperatura corporal y hasta la suben. Bienvenidas al invierno.

Es cierto que hay una bebida típica en cada país, algunas ya convertidas en universales como el chocolate y el vino caliente muy vinculado con la Navidad.

La primera es muy típica en la mayoría de los países de Europa, siendo Alemania su origen, y el chocolate caliente, tan ceremonial de origen azteca, pero siendo finalmente en España y en el resto de Europa donde se difundió el conocido chocolate a la taza.

Cócteles como el White Russian, que nada tiene que ver con los rusos, de hecho es de origen Belga y muy vinculada a películas como El Gran Lebowski.

B&B (Bénédictine y Brandy) es una de esas bebidas con clase y estilo. En este caso no es la bebida la que se sirve caliente si no su copa. Se dice que la receta original se creó en el Club Twenty One de New York, siendo hoy por hoy uno de los combinados más universales.

Cada país tiene el suyo. En Bolivia es el Api Morado, a base de maíz morado, azúcar, canela y clavo. En México el Atole, muy parecida a la anterior. Canelazo en Colombia, hecho de aguardiente, azúcar y agua de canela. En Suiza el White Glögg, a base de vino blanco caliente, canela, clavo, naranja y limón. En Turkía el Sicak Sarap, otra versión de vino caliente con corteza de naranja y manzana, nueces turcas y zumo de naranja como variante. En Australia el Wattlecino. En Canadá el Caribou. En Egipto Sahlab

Bebidas reconfortantes más cercanas, aparte de las clásicas infusiones o cafés, qué mejor que un buen vino a su temperatura ambiente. Optamos por la pureza de origen, sin modificaciones, sin alteraciones en su temperatura.

Prueba con un vino de las bodegas de Antonio Alcaraz, o el que te apetezca, tenemos un VinoBar exclusivamente dedicado a esto.

 

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