La alcachofa o Cynara como la denominaban los Griegos y los Romanos, es de las mejores aliadas que el invierno nos presenta. Esta planta de exótica flor es toda una diosa. Nadie es capaz de decir que no a unas buenas alcachofas a la plancha, ni tan siquiera los no amantes de las hortalizas.

Nos encontramos en plena temporada de la alcachofa, y simplemente no la podemos dejar pasar.
Se preparan de mil maneras, solas o como acompañamiento para todo tipo de carnes, pescados y huevos, a nosotros nos encanta incluirlas en Guisos, calderetas y arroces.

Desde el punto de vista nutricional sigue siendo una diosa. Sus excelentes propiedades digestivas la convierten en la hortaliza sine qua non para cuidar del estómago y el hígado, ayuda eficazmente contra el colesterol y es un potente diurético. Todas esas hojas verdes son una bomba de vitaminas minerales y antioxidantes, con gran cantidad de vitaminas del grupo B que ayudan a la buena absorción de los nutrientes.

Repetimos, invierno solo hay uno al año, y un invierno sin alcachofas en nuestra dieta es un regalo perdido. Ya desde la Edad Media se sabía de sus propiedades y su venta era muy cara, hoy está al alcance de todo el mundo, y la manera de cocinarlas ha aumentado exponencialmente.

Cómo no, en nuestra carta las podrás encontrarlas en muchos platos, pero en tres de ellos son auténticas protagonistas. Si la alcachofa es deliciosa sola, imagínatela en un “Guiso de almejas, alcachofas y habitas baby”.

Las alcachofas y el arroz conjugan de maravilla, que se lo digan a nuestro “Arroz con sepia, atún, alcachofas y habitas” pero en los guisos, sencillos en su esencia les da el auténtico toque maestro, el “Guisao de la abuela de sepia, patatas y alcachofas” es un plato que simplemente hay que probar, sí, justo ahora.

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