Altea, la Villa Blanca, es un paraíso al que todos desean acceder en algún momento. Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, no es casual su poder de atracción.

Quienes vivimos cerca o en la misma Altea, hemos sabido aprovechar esta ventaja.

Desde los pueblos más próximos a Altea, es casi tradición, desde hace muchos años, que al llegar el fin de semana, la primera parada o punto de partida es y ha sido, cenar en Altea.

Aunque el plan sea salir por Benidorm, primero la cena de rigor en Altea. A continuación se regresa con toda una noche por delante… también desde los pueblos de montaña, y ni qué decir de los propios Alteanos.

Desde todos los puntos cercanos se han ido repitiendo los mismos movimientos, punto de partida, cena en Altea y después cada uno con su plan de fin de semana.

No importa la época del año, en Altea se sigue manteniendo esta costumbre creada por los propios ciudadanos, como una especie de ritual sostenido por el boca a boca y la fuerza de las costumbres.

Tampoco hay un límite de edad. Cualquiera, más tarde o más temprano, acaba cayendo en el ritual gastronómico de la cena en Altea como punto de partida.

¿Tú también formas parte del ritual alteano?

 

 

 

 

 

 

 

 

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