Más allá de ser una forma de comer, la Dieta Mediterránea es casi una forma de vivir. Una manera de entender la salud y de disfrutar con una alimentación amparada en el equilibrio, los ingredientes, la elaboración y también la degustación de una cocina tradicional.
La Comunidad Científica ya no duda en avalar las bondades de este estilo de vida, por eso la UNESCO, el 16 de Noviembre de 2010 la ha declarado PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD, fomentando así su protección, difusión y transmisión para el beneficio de todos y mayor defensa de la salud en los 5 continentes.
Gran parte de las bondades de esta Dieta Mediterránea se concentran alrededor del aceite de oliva , esencia pura de la historia del Mediterráneo y sus culturas, no solo como alimento, sino también como símbolo. Por otro lado, el vino también juega un papel importante en esta cultura mediterránea.
Las legumbres, las carnes, las hortalizas, las verduras, los pescados
y los mariscos y las diferentes maneras de cocinarlos que han tenido a lo largo de los siglos, los habitantes de la Costa Mediterránea, dan fundamento y sustancia a este estilo de vida.
Si le echamos un vistazo a la carta del Restaurante Juan Abril de Altea, una de las más reconocidas arrocerías de la provincia de Alicante, veremos la plasmación escrupulosa de esa filosofía vital en un repertorio gastronómico que tal pareciera hecho a propósito por los científicos defensores de esta manera de entender la alimentación humana.